ACOSO PARROQUIAL
Reproduzco literalmente a continuación el correo electrónico que le he enviado al responsable de la “hoja parroquial” que algún anónimo devoto introduce en mi buzón semana sí y semana también.
Estimado señor párroco de la muy católica iglesia de nuestra señora de Altabás.
Me permito dirigirme directamente a usted, ya que su e-mail figura en la “hoja parroquial” que usted dirige, en estas fechas tan señaladas (para usted) al objeto de pedirle un deseo para el año nuevo. Yo sé que usted no me lo podrá negar, ya que la caridad cristiana obliga.
Hace tiempo que sufro en silencio el acoso semanal de ciertos proselitistas, venidos de su parroquia, que inundan de propaganda mi buzón privado sin haberla yo solicitado. Incluso en ocasiones, ya referenciadas en mi blog, han tenido el atrevimiento de llamar a mi vivienda, cual puto testigo de Jehová (estos son trimestrales), con el objeto de que les abriera la puerta para depositar la “hoja parroquial” en mi buzón privado, y cuando les he indicado, educadamente, que la depositaran en el buzón externo destinado a la propaganda, me han advertido, muy seriamente, de que, obedeciendo órdenes del señor párroco, deben depositarla dentro (fuera es pecado) y han insistido, volviendo a tocar el timbre (o los cojones según como se mire), obteniendo como resultado una nueva y obstinada negativa (yo soy así). Pero como siempre hay algún vecino que les abre, lo que suelen conseguir, en mi caso, es el despilfarro de un par de hojas de papel (multiplíquelas por 53 semanas) y un montón de tinta que van directamente al contenedor azul (si fuera de mejor calidad podría limpiarme el culo o envolver algo, pero ni para eso sirve). Piense usted en la salud del planeta, ¿cuántos árboles ha talado su “hoja parroquial”?, acaso ¿Jesús estaría de acuerdo?, acaso merece la pena destruir el planeta por conseguir algún prosélito autómata más, imprima menos hojas y el planeta se lo agradecerá.
Por lo tanto, y como responsable de esta desagradable e involuntaria (por mi parte) relación, le Ruego encarecidamente que ordene ipso facto a sus acólitos depositar en adelante su “hoja parroquial” en el buzón exterior sito en el número (omitido) de la calle (dato oculto por razones de seguridad) y destinado a la propaganda, para que los vecinos o viandantes interesados puedan elegir según sus deseos.
Por lo que respecta a mi alma pecadora, no se dé mal señor párroco y no dude de mí, le garantizo que si en algún momento de mi vida me sedujera, cosa que dudo ya que en su cielo no hay walkirias, su oferta de salvación y vida eterna, yo mismo agarraré con devoción mariana su “hoja parroquial” y acudiré a escuchar devotamente su sermón dominical, pero de momento he de confesarle que mi interés se centra más en las ofertas de Ikea y en los bares de chicas que fuman.
Por último, aprovechando que ya tenemos confianza, siempre he tenido unas dudas acerca de los de su condición y creo que su resolución quizás podría ser un buen motivo para una “hoja parroquial” monográfica (esa sí que la leería con fruición): ¿cómo pueden vivir ustedes sin aparearse con hembras placenteras? ¿es cierto el rumor de que son todos pedófilos, gays o asexuados? ¿es sano vivir sin sexo?
Sin nada más que decirle, afectuosamente se despide su Acosado Cabreado.
3 comentarios
Sr. Cura Párroco -
Rutero -
Se lo ruego Sr. Párroco deje mi alma en paz, a partir de ahora le devolveré sus hojas personalmente una vez al mes. En cuanto al gramaje, me parece un desperdicio.
Por lo demás, siento no poder devolverle el afecto que me tiene ya que no soy gay, ni niño ni venerable anciana viuda con herencia en lontananza.
Sr. Cura Párroco -