Hoy en el mundo capitalista occidental gran parte de la cultura es trivial, un mero producto de consumo industrializado hasta su más mínima expresión, mediante potentes herramientas de marketing nos dicen qué debemos escuchar, leer y sobre todo comprar. Alienados por el culto al cuerpo, los videojuegos, la telebasura, twitter, la lotería y el coleccionismo. ¡Qué vamos a hacer!
Pero no todo es así, la tecnología amplía espacios y cada vez hay más posibilidades de hacer cultura independiente que llegue a todo el mundo, pero hay que saber que en la red cabemos todos, los buenos, los malos y los regulares... lo importante es que cada uno elija (y cambie) sus vicios libremente.
0 comentarios