SCARFACE 1932
Howard Hawks realizó esta película en 1932 inspirándose en el personaje de Al “Scarface” Capone, posteriormente en 1983 Brian De Palma realizó un remake, al que ya le dediqué otro post conmemorativo, también titulado Scarface. El protagonista de ambas películas se llama Antonio y es un inmigrante, el italiano Tony Camonte (Paul Muni) y el cubano Tony Montana (Al Pacino), el primero es un comercial cervecero y el segundo cocacolero.
Centrándonos en la del año 1932, ésta resulta ser una película adelantada a su tiempo, vista hoy en día chirría muy poco, quizás al ser una película de transición entre el cine mudo y el sonoro las interpretaciones son un poco sobreactuadas o teatrales (de hecho muchos de los actores que intervienen eran estrellas del mudo como Boris Karloff que hace un pequeño papel), por lo demás es de principio a fin un manual de cómo hacer una película negra, como dice Tony Camonte “para destacar en este negocio hay que seguir esta regla: Hazlo antes, Hazlo tú y Sigue haciéndolo”.
La historia es muy simple, Tony descubre que con una metralleta en sus manos (se lleva como un bebé, dice, es una máquina de escribir, escribiré mi nombre en la ciudad con mayúsculas) el mundo puede ser suyo, pero al final sus bajos instintos le traicionan y aquí es donde llega su final para el que Hawks grabó dos alternativas, el final heroíco que fue el que se estrenó comercialmente, y el final judicial, magníficamente rodado de una forma tan original que el protagonista ni aparece, ambos pueden obtenerse fácilmente acá ya que por el tiempo transcurrido pertenece al acervo público (jódete Sinde, no vamos a pagar casi 80 años después). Para los reticentes a ver una peli antigua, aquí pueden ver un fragmento.
Si este post ha sido de su agrado espero lo compartan con sus amistades, de lo contrario Tony habrá de ajustarles las cuentas...
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