LA CLASE POLÍTICA... DE MIERDA
En el último año se ha acrecentado el desprestigio general del oficio político. Cada día más universalizado, no es, por eso, fenómeno exclusivo de un país ni propiedad particular de un partido o sistema. Tampoco de un individuo, en tanto que miembro de la que es o aspira a ser clase dirigente, con su escala respectiva de valores y matices. Afecta, por encima de todo y de todos, a ese ámbito tortuoso que es la lucha por el poder. Si nada hay que codicie más el hombre, nada hay, también, que lo desgaste tanto. El tener poder para poder tener es una meta política ambiciosa y difícil, en una suma de inteligencia y audacia. Viejo oficio en el que es más fácil vivir del crédito de las palabras que dar crédito a las palabras; en el que se aprende primero de quién no fiarse y después de quién fiarse, hasta llegar, a menudo, a no fiarse ni de sí mismo; en el que frecuentemente, para ser el primero, hay que ser el último en hablar (Zapatero es un buen ejemplo, pregunten a Maragall o a Puras). Ese oficio que invoca la igualdad democrática, incurriendo en toda clase de iniquidades e injusticias, bajo el peso de una rutina que olvida la creencia y hace de la creencia una simulación demagógica hasta caer en la apostasía; los vicios se vuelven costumbres, la docilidad en acatamiento y la ideología en retórica facilona. Acaso porque la política no tiene corazón.
5 comentarios
Kaizen -
Espero que consigamos algo de esto, y que no acabemos como el citado Ganivet, que se suicidó en Riga (contaba 33 años)
Gecé -
Armando -
Armando -
El político simplemente es el más miserable de entre los miserables.
El que entra en política no es para servir, sino para servirse. Desde conseguir un buen turno de riego en un pueblo pequeño,conseguir un trabajo público para el que no esta capacitado y que jamás sacaría por oposición limpia si es un segundón en su partido, hasta llevarse comisiones por recalificar terrenos o por adjudicar obras si es ya uno de los de primera línea.
Pero no son sólo ellos ...de mierda. De mierda somos todos.
Gecé -
Por lo demás buenísimo el juego de palabras: "tener poder para poder tener". Es curioso que la palabra ministro signifique "servidor".