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LOS TORNOS

LOS TORNOS

 

Lamentablemente y como de costumbre, unos muchos han de pagar por los pecados de unos pocos, al contrario de lo que pretende hacernos creer la santa madre iglesia. Resulta que a estas alturas a alguna lumbrera del lugar donde trabajo se le ha ocurrido controlar la asistencia al trabajo de los funcionarios. Hace ya muchos años que instalaron relojes de fichaje para acabar con el absentismo laboral, sin embargo el cachondeo con el reloj es enorme, hay gente que ficha y se va a aparcar (ya de paso hace algún recado y toma café o visita la sede del partido, eso en el caso de que vuelva, lo normal es que sólo vuelva para cerrar), hay gente que ficha por sí y cuatro más (te dejo la tarjeta y me fichas) y otras lindezas por el estilo. Obviamente todo el mundo sabe quienes son estas personas y los jefes las tienen perfectamente identificadas, sin embargo no hacen nada, son los intocables (algunos hasta están protegidos sindicalmente), ese tipo de gente que tanto abunda en este país protestan por todo, pero a la hora del curro se escaquean y hasta se permiten el lujo de mirarte por encima del hombro porque ellos son de carrera o porque tú eres un pringado eficiente que te tomas en serio eso del servicio al ciudadano.

Ahora, para controlar a estos tipos, no se les ha ocurrido otra cosa que aprovechar unos tornos que han comprado en el remate de una Expo. Con los tornos sólo se podrá fichar una vez y entrar en el edificio, si sales deberás volver a fichar y ese tiempo no computará como trabajo (a no ser que algunos sean lo suficientemente ágiles como para saltarlos, cosa difícil). Sin embargo, a pesar de los tornos seguirán sin controlar el trabajo efectivo, sólo controlarán la presencia, ya que se supone que el trabajo es una consecuencia necesaria de la presencia, pero eso en el mundillo funcionarial es mucho presuponer. Se acabó la flexibilidad horaria.

Con los tornos sólo van a conseguir crear funcionarios clónicos como los soldados del imperio, pero más cabreados. Ilustración: Funcionario residente en Lumpiaque (no pudo comprar piso más cerca) vuelve a casa en tren de cercanías después de una jornada de duro trabajo (foto tomada en Goya Station).

6 comentarios

Gecé -

O cuando se va a ver mundo el compañero que saca tu trabajo...

Rutero -

No todos nos agarramos bajas cuando nos emborrachamos o nos duele la cabeza

Rutero -

Ten en cuenta que tu conoces (o has conocido) a lo peor de lo peor... no todos somos así, la mayoría somos gente responsable que hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos

Salam -

O eso o una epidemia de bajas laboral-funcionales.

Salam -

Inversión segura a corto plazo.
Porque el funcionario tipo ideará con rapídez del modo de tornear al torno.

Salam -

Hasta que a alguien se le ocurra una genialidad para saltarse el torno, compren acciones del bar del Pigantelli.
Inversión segura.