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rutamudejar

PARA CONOCER A ALGUIEN DEBES LUCHAR CONTRA ELLA

Aunque haya pasado mucho tiempo, hoy recuerdo aquella noche como si hubiera sucedido hace una hora. Cuando nos acostamos me dijo, estoy cansada, no quiero follar. Pero yo, cuando estoy en la cama con una mujer no puedo evitar el contacto, por eso la empecé a acariciar... ella insistió en que no quería (pues bien empezamos pensé, mañana la mando a tomar por culo) y yo le dije, pues vale, me di la vuelta, hasta mañana y apagué la luz. Al instante ella me estaba acariciando y pidiéndome hablar. Yo le expliqué que la deseaba mucho y que por eso quería hacerle el amor. Ahí quedó la cosa, apagué la luz y nos dispusimos a dormir como siempre, abrazados. No pude evitar comenzar a acariciarla y a sobarle los pezones, todo muy despacio (pasó mucho tiempo). La daba besitos, la acariciaba las manos, el cabello... y ella poco a poco se iba convulsionando y yo, aguantándome (dispuesto a aceptar su decisión, por supuesto, yo soy un caballero), notando su excitación. Yo seguía a lo mío (impasible), con mis caricias y demás, hasta que ella tomó mi mano y me la fue llevando hacia su sexo (yo no quería, pero soy de naturaleza dócil), poco a poco mis dedos fueron entrando en acción calentando el témpano hasta que se abrió del todo y pude meterle los dedos en un charco de placer. Entonces ella se empezó a refrotar contra mi verga y yo me puse encima aceptando el juego (si no quieres follar no seré yo quien te fuerze) hasta que ella no pudo más y cogiendo la polla con su mano se la introdujo para que le hiciera el amor. Fue fantástico, siempre lo recordaré, siempre la recordaré. Es una lástima que la relación acabara. No me quedó otra salida que decirle adiós, cada persona debe recorrer su camino (aunque sea doloroso) y los nuestros se separaron tanto que no nos dejó elección, espero que tengas un buen recuerdo de mí. De plegarme a sus deseos hubiera acabado siendo un pelele ridículo en sus manos y yo acabaría odiándome a mí mismo y a ella, yo debo buscar otro camino porque quiero protagonizar mi vida. Has apostado fuerte y te has equivocado. Las jugadas a veces no salen bien y es difícil hacerle un caño a un buen defensa como yo. Lo siento bonita, no coló.

26 comentarios

Gecé -

Al hilo de lo comentado por Manolo el 24/07/07 20:36, una cita de un clásico: "No es posible evitar lo que los dioses han decretado mas, la peor de las desdichas humanas es poseer el conocimiento y, sin embargo, carecer de la fuerza necesaria para realizarlo". Creo que el clásico en cuestión era Procopio.

Gecé -

Mea culpa, el día 21 dije que Gibrán era indio. Rectifico, era libanés; de formación ecléctica, escribió "El profeta" en 1923 y murió en Estados Unidos en 1931.

Gecé -

Yo leí "El profeta" de Gibrán y me pareció un pequeño gran libro. Pero no es obligatorio elegir, los comentarios o pensamientos de Armando son igualmente brillantes e incitan a reflexionar porque su lógica es simplemente aplastante.

Manolo -

Sólo recordar una cita de Auguste Rodin sobre Kahlil Gibran: "El mundo debe esperar mucho de este poeta y pintor libanés, que hoy es el William Blake del siglo XX".
Obviamente esta cita está dedicado a Armando.

Armando -

¿Cuándo una relación es malsana?
¿Cuándo piensas quien ha cedido más? (y es malsana por tu parte)
o cuándo piensas
¿Ha cedido alguna vez? (y entonces eres un pelelillo sin remedio y sin cojones para dejar las cosas claras y decir adiós.)(Pero no dudes que acabarán dejándote las cosas claras y diciéndote adiós)

Manolo -

Puede ser que a pesar de ver intelectualmente esa relación "malsana", uno se sienta atrapado en ella, enganchado. Entonces hay que tener el coraje de dejar las cosas claras a la otra parte y decirle adiós. Aunque cueste sabemos que es lo que hay que hacer.

Gecé -

Manolo, me ha quedado meridianamente claro que una relación de uso-desprecio es malsana y no puede salir bien. ¿Y qué se debería hacer en una situación así?

Manolo -

Y desde luego una pareja entraña una relación de obligaciones recíprocas donde ambas partes tienen que ceder en muchas ocasiones. ¿Pierdes libertad?: Si, por supuesto. Pero eso no es el problema si esas dos partes asumen la nueva situación y las nuevas obligaciones. El problema es precisamente si uno de ellos te usa-desprecia. Entonces esa relación es malsana y no puede salir bien.

Manolo -

Si sales a la calle puedes resbalar; si coges un coche puedes tener un accidente...y etc. etc. Si te embarcas en una relación esta puede fracasar y puedes llegar a la situación descrita por Armando. Pero nadie te asegura nada en esta vida. Incluso puede que la pareja sea un éxito.

Gecé -

Lo más gordo, Manolo, es que Armando tiene mucha razón. Y tú también: "Serás un pelele si dejas que te usen o te desprecien". Otra frase más para enmarcar.

Manolo -

No puedo sino sumarme a Gecé en cuanto a calificar de lapidario y descarnado el comentario de Armando. También en que parte de razón tiene.
Pero más razón tiene Gecé cuando afirma que en la pareja hay obligaciones recíprocas por ambas partes: serás un pelele si dejas que te usen o te desprecien.

Gecé -

Armando, yo no digo que si te comprometes con una mujer ya no puedes sino ceder, no tiene por qué ser algo inexorable. En el mundo del derecho se habla del sinalagma, de obligaciones recíprocas para ambas partes. Se ponen en un lado las ventajas, en otro los inconvenientes, se realiza un análisis y se decide. Y la cagas o no la cagas. Sin perjuicio de lo anterior poco más se puede añadir al comentario de Armando. Descarnado, lapidario y cierto en muy buena medida. Enhorabuena por tu lucidez.

Armando -

Realmente triste.
Pero lo obvio no es siempre lo correcto.
Nunca olvidéis que sois hombres, y que a las mujeres les gusta que su hombre sea un hombre con mayúsculas, y que si cedéis a sus exigencias os despreciaran primero y os abandonarán después.
Si realmente os importa la pareja con la que estáis, jamás cedáis en lo esencial, y en lo accesorio jamás cedáis sin contrapartidas.
Si no lo hacéis así, creedme, os quedaréis sin familia, sin casa y las putas, de las que tendréis necesidad, ya que habréis pasado mucho tiempo sin sexo, las tendrán que escotar vuestros amigos solteros.
Es posible que perdáis la pareja si no cedéis, pero perderéis seguro toda la familia si cedéis en lo esencial.

Armando -

Entiendo que Manolo y Gecé están diciendo que te has portado cómo un hombre porque no tenías intención de comprometerte con esa persona y que te fue fácil echar ese pulso porque no tenías nada que perder.
Yo no puedo ni quiero juzgar tus intenciones.
Pero al decir eso lo que realmente están diciendo es que si te comprometes con una mujer ya no puedes sino ceder.
Dicen que el compromiso con tu pareja y el ser hombre están reñidos.
Dicen que el amor es sinónimo de acabar siendo un pelele.
Y es normal que lo digan:
Cuándo las leyes eran marcadamente machistas las mujeres tragaban con ruedas de molino, y ahora que las leyes de divorcio, o mejor, la interpretación que de éstas han dado nuestros jueces, son totalmente contrarias al hombre, ya que si tienes hijos (esos que según no se que gilipollas no son tuyos sino de la vida, pero los pagas tu) acabas pagando el piso dónde folla tu mujer con tu sustituto y la manutención de tus hijos para prácticamente no poder ni verlos, es claro, intelectualmente hablando, que tienes que ceder tu.

Gecé -

Hasta en la soledad son posibles las renuncias y las abdicaciones, que también se pueden hacer ante uno mismo, de nuestra conciencia (o como quieras llamarla) no podemos escapar.
La última frase de Kaizen no la entiendo, y mira que yo soy un hombre de grises.

Kaizen -

Por lo tanto no es bueno ni renunciar a todo ni renunciar a nada.

Pepito Grillo -

El que a todo renuncia acaba sólo y apaleado.

Kaizen -

El que a nada puede renunciar es porque está solo.

Gecé -

No me refería al miedo al compromiso, sino al miedo a que dejar paso a las emociones pueda descolocar un mundo más o menos ordenado. Por lo demás totalmente cierta la afirmación de que lo primero es respetarse a uno mismo para ser respetado.
En cuanto a la visión de la pareja como una lucha en la que vencer, no estoy de acuerdo. Hay muchas variables que entran en juego, no hay que ceder en las cosas esenciales, sí se puede ceder en lo accesorio. Cada uno sabrá qué es lo esencial y qué es lo accesorio para él. Tal vez sea una guerra con una infinita sucesión de batallas, treguas, ofensivas, victorias, derrotas, armisticios... y a lo mejor al final se sabe quién venció. Y las victorias también pueden ser pírricas.

PePito grillo -

Extraña alianza la vuestra. O sea, que tengo miedo al compromiso. Y vosotros ¿a qué teneis miedo?... a tomar decisiones quizás. No asumís riesgos, buscais la seguridad del hogar, y os atreveis a decirme que tengo miedo ¿a qué? ¿a la esclavitud de la pareja? ¿a ser un pelele?. Que yo sepa los esclavos suelen huir. Ella jugó la carta fuerte de cerrarme el grifo sexual, si me hubiera ido enfadado al sofá ella habría triunfado y, ¿cual hubiera sido la siguiente exigencia?. Una persona no puede renunciar a nada porque otra persona pretenda imponerse. La pareja es una lucha en la que sólo pueden pelear y vencer los más fuertes. Si quieres mantener tu dignidad dentro de la pareja has de dar y exigir respeto y ella ha de saber que en cualquier momento y en cualquier situación puedes romper la baraja sin ningún miramiento.

Manolo -

También es cierto, como tú dices Gecé, que la mayoría somos ni fríos ni calientes...Quizá todos podamos elegir un camino más creativo y, en definitiva, feliz. Eso sí, sin necesidad de acabar en la pena capital en cualquiera de sus formas.

Manolo -

Tengo un texto de Kahlil Gibran enmarcado en la habitación: "Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma...". Desde luego coincido en que el Sr. administrador ha elegido la opción más económica y segura.
Él mismo reconoce ser un buen defensa, pero si no se arriesga y sólo se defiende es difícil ganar el partido de la vida.

Gecé -

Quizás el señor administrador haya elegido vivir en un mundo sin estaciones, donde reír pero sin todas sus risas y llorar pero sin todas sus lágrimas. Aclaro que la frase más o menos aproximada es de un escritor indio, Khalil Gibrán. Los climas templados son agradables, pero nos hacen más vulnerables a los costipados. En el Libro del Apocalipsis se desprecia a la gente que no es ni fría ni caliente, que es donde estamos instalados la inmensa mayoría. Otros en cambio eligen su ejecución y su medio (pelotón, horca, garrote, cámara de gas, cámara lenta...).

Gecé -

Me alegra que coincidamos algún día, Manolo. De lo que no me cabe duda es de que el señor administrador sabe perfectamente que todos los caminos tienen su precio y ha hecho la elección económica y emocionalmente más acertada, sin discusión. ¿O no es así?

Manolo -

Bravo Gecé. Por una vez estoy de acuerdo contigo.
El administrador nos ha obsequiado con un relato erótico muy bueno; pero también nos muestra su miedo al compromiso. Su camino es otro. Pero que no olvide que todos los caminos tienen su precio...

Gecé -

Verdaderamente hay noches inolvidables como ésta. La conclusión final me parece lógica, pero lo que también veo es el miedo a las emociones, a implicarse, la necesidad imperiosa de sentir que uno es el que controla, rehuir la posibilidad de que las cosas puedan irse de las manos siquiera un momento. ¿Quién acierta? Depende. El narrador ha subido una cima, ha visto un mundo apetecible a sus ojos pero ha decidido mantener su propio camino. Haga lo que haga siempre tendrá de lo que arrepentirse y de lo que alegrarse. El mundo no es ni blanco ni negro, es una infinita gama de grises.