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rutamudejar

FÍRMAME EL LIBRO

Recuerdo que yo estaba leyendo en la hamaca del corredor, y la vi por casualidad inclinada en el lavadero con una pollera (falda) tan corta que dejaba al descubierto sus corvas suculentas. Presa de una fiebre irresistible se la levanté por detrás, le bajé las mutandas (bragas) hasta las rodillas y la embestí en reversa. Ay, señor, dijo ella, con un quejido lúgubre, eso no se hizo para entrar sino para salir. Un temblor profundo le estremeció el cuerpo, pero se mantuvo firme. Desde entonces tuve que aumentarle el sueldo con el cálculo de una monta al mes, siempre mientras lavaba la ropa y siempre en sentido contrario. "Memoria de mis putas tristes" Gabriel García Márquez

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