PROYECTO AVERSIÓN
Contaba Tom Sharpe en su divertida novela "Exhibición Impúdica" (1973), cuya acción se ubica en la sudáfrica del apartheid, un divertido experimento para acabar con la escandalosa costumbre que tenían los policías sudafricanos blancos de detener discrecionalmente a las negras buenorras para violarlas en las comisarías, produciendo un sinnúmero de mulatitos de padre "desconocido" pero de profesión "conocida" que incomodaba a la superioridad y a las autoridades de moralidad blanca, protestante y bóer.
El experimento consistía en proyectar diapositivas ante los policías blancos más propensos a violar negras (cafres según la jerga empleada por ellos) atados en una silla y colocándoles en el pene unas pinzas conectadas a una batería, a continuación iban pasando diapositivas anodinas de edificios, animales, florecillas y de vez en cuando salía la imagen de una mujer negra turgente, desnuda y en posiciones sugerentes... si el policía tenía una erección recibía una descarga eléctrica, si aún así la mantenía, recibía otra y otra... las descargas sólo acababan cuando el policía dejada de tener erecciones, así que el experimento acabó convirtiendo a todos los policías en gays y patrullando agarrados de la mano.
Hasta aquí la imaginación, o no, de Tom Sharpe que al final acabó siendo deportado de Sudáfrica por actividades antigubernamentales. Pero ojo, parece que Tom Sharpe no iba muy desencaminado, ya que en los años setenta y ochenta, el ejército sudafricano implementó el llamado Proyecto Aversión, utilizando la llamada Terapia de Aversión para reconducir a los militares gays. Se preguntarán ¿en que consistía la Terapia de Aversión? Pues muy fácil: electro-shock a discreción.
Los intentos para "curar" a los homosexuales comenzaron con la creación de la sala 22 para militares con problemas psicológicos en el hospital militar Voortrekkerhoogte cerca de Pretoria en 1969, un lugar donde a los residentes se les daba valium para merendar y los enfermeros portaban pistola para controlar las fugas. La sala estaba bajo el mando de un coronel del ejército y psicólogo, no olviden este nombre, Aubrey Levin (curioso apellido porque creo que es de origen judío)...
Herr Levin pidió a oficiales y Capellanes castrenses que le enviaran a los "desviados" de sus unidades "para tratamiento", mediante el uso de la terapia de aversión electroconvulsiva.
El tratamiento consistía en fijar electrodos a la parte superior del brazo con cables conectados a un emisor de corriente eléctrica calibrado de 1 a 10. A continuación a los soldados homosexuales (a las lesbianas era al revés) se les mostraban imágenes de hombres desnudos y se les alentaba a fantasear, entonces Herr Levin accionaba la palanca a la posición 1, luego a la 2.... y cuando el sujeto objeto de tratamiento estaba sometido a un dolor insoportable Herr Levin accionaba la palanca a la posición off a la vez que en la pantalla se mostraban imágenes de mujeres blancas desnudas en posiciones excitantes y le decía "ahora tienes que pensar en buscar novia y dar descendencia a tus padres, maricón"...
Una vez acabado el tratamiento y a fin de valorar su efectividad, Herr Levin también sometía a sus pacientes a narco-análisis administrando una "droga de la verdad" mediante la inyección lenta de un barbitúrico antes de que comenzara el interrogatorio para averiguar si el paciente había adquirido unas nuevas inclinaciones sexuales y se le podía liberar en sociedad o si estaba mintiendo y realmente necesitaba una nueva dosis de tratamiento. Desconocemos si el interrogatorio en el laboratorio incluía algún tipo de prueba práctica, aunque intuimos que sí.
Obviamente lo único que consiguió Herr Levin con su Terapia de Aversión Electroconvulsiva con Narco-análisis posterior fue que los homosexuales siguieran siendo homosexuales y además drogadictos... incluso que algunos se volvieran dementes para el resto de sus días.
Otro de los efectos colaterales del experimento fue la creación de facto de batallones 100% gays donde se refugiaban todos aquellos militares de familias influyentes que no querían acabar en la sala 22, a estos batallones el resto de soldados les llamaban "ambientes de apoyo mutuo".
A pesar del aparente fracaso de la terapia, Herr Levin no se rindió e inasequible al desaliento decidió utilizar nuevas técnicas terapeúticas, básicamente la castración química, los tratamientos hormonales y el cambio de sexo quirúrgico (a grandes males, grandes remedios). La castración química no tuvo mucho éxito entre la tropa, pero el cambio de sexo gratuito tuvo un formidable efecto llamada entre los transexuales sudafricanos que colapsaron las oficinas de reclutamiento... el único problema fue que los cirujanos militares no tenían mucha práctica en este tipo de cirugía por lo que los primeros agraciados con las cirugías gratuitas fueron usados como conejillos de indias y no quedaron muy satisfechos, y es que como ya saben la medicina militar a la medicina es lo mismo que la música militar a la música. Y es que algunos no comprenden que el amor no tiene fronteras...
Visto el notable éxito que estaba teniendo con los homosexuales y las lesbianas, Herr Levin fue ascendido a Jefe de Psiquiatría del SADAF (Fuerzas de Defensa de Sudáfrica), y quiso celebrar su ascenso ampliando su espectro experimental, por lo que solicitó que le enviaran "para tratamiento" a todos los "perturbados", concretamente a todos los drogadictos que hallaran en las unidades militares y a todos los ciudadanos que se negaban a servir en el ejército del apartheid. Todos ellos fueron enviados a las llamadas "granjas de trabajo duro". Desconocemos los resultados del tratamiento agroganadero, pero seguro que tampoco fueron muy satisfactorios... Actualmente, Herr Levin es un simpático jubilado que vive en Canadá.
Fuente: The Guardian
0 comentarios