TRADICIÓN O CASUALIDAD
En estos tradicionales días navideños no está de menos hablar de otras bonitas tradiciones españolas, como la de los senadores del PP que se tiran a putitas colombianas de confianza y luego, cómo buenos burgueses, cuando tienen suficientes buenas referencias de la chacha se la traspasan entre ellos....
Hace unos doce años (hagan sus cuentas si lo desean), cuando yo trabajaba en una entrañable ciudad del interior se me apareció por el trabajo un C.C.C.S, Cuarentón, Católico y Casado Senador del PP, excelentemente acompañado de una espectacular morocha colombiana (veintipocos años, no más), que literalmente quitaba el hipo de buena que estaba, aún recuerdo aquella camisa blanca abotonada a punto de reventar y lo que se adivinaba entre botón y botón...
El caso es que el buen señor venía a "pedir información" acerca de unas gestiones que pretendía realizar en favor de la señorita. Casualmente dichas gestiones se daban de bruces con la normativa de extranjería y empleo vigente en aquellas fechas en el Reino, así que como mal lacayo no pude dar a mi amo la respuesta satisfactoria y sumisa que de mí se esperaba. Al señorito senador dicha norma le pareció de mal gusto, materialmente injusta y no aplicable a "su caso concreto", así que me ví en la ingrata necesidad de recordarle que yo, como vil y servil lacayo del Reino, ni hacía ni votaba leyes, me limitaba a acatarlas y hacerlas cumplir. Por ello, muy digno y ofendido me dijo que su excelencia, magnífico senador, no recordaba haber votado semejante injusticia para "su caso concreto" (estaría en la sauna club del Senado, en otros menesteres o de viaje en Canarias en el momento del debate y votación, pienso yo ahora....)
Se permitió añadir además, que yo, puto lacayo de mierda (en sentido figurado), hacía una interpretación normativa excesivamente restrictiva para "su caso concreto" y que él ya sabría con quién con poder de firmar habría de hablar y que yo me limitara a tramitar (debió pedir información sólo para romper el hielo). (En ese momento, hice acto de contricción ante tan merecida reprimenda y arrepentido pensé, que si yo me follara a ese "caso en concreto", quizás yo también pensaría lo mismo que el senador)....
En aquél momento, y sin perder la compostura ni de vista la pechuga colombiana, decidí zanjar la conversación, y muy conciliador, empatizando con el apenado e ilustre follador senador -le dije, usted su vuecencia puede y debe solicitar lo que se le antoje para "su caso concreto", que los lacayos ya tramitaremos y en el plazo legalmente establecido recibirá su ilustrísima cumplida contestación de aquél cuya firma reclama merecer y conocer.... y allá que se fueron cubiertos de su aúrea diginidad senatorial la pareja de tortolitos al nidito de amor adúltero, provinciano y caciquil del altiplano hispanistaní....
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