NUTRICIONAL
(...) De hecho, Esther me contó más adelante que se había negado a chuparla durante su primera relación sexual, y que sólo se había atrevido después de ver bastantes películas porno. Ahora se las apañaba notablemente bien, disfrutaba de su propia maestría, y nunca, ni siquiera cuando parecía demasiado cansada o indispuesta para follar, dudé en pedirle una mamada. Justo antes de la eyaculación se retiraba un poco para recibir el chorro del esperma en la cara o en la boca, pero luego volvía a la carga y lo lamía hasta la última gota.
Como muchas chicas muy guapas se sentía mal con facilidad, era delicada en el plano nutricional, y al principio se lo había tragado con reticencia; pero la experiencia le había demostrado con perfecta claridad que tenía que resignarse, que la degustación del esperma no era, para los hombres, una acto indiferente u opcional, sino que constituía un testimonio personal insustituible; ahora lo hacía con alegría, y yo sentí una felicidad inmensa al correrme en su boquita. Michel Houellebecq "La posibilidad de una isla"
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