Blogia
rutamudejar

LA MÁQUINA DE FOLLAR

Erections, Ejaculations, Exhibitions and General Tales of Ordinary Madness (Erecciones, Eyaculaciones, Exhibicionismos y Cuentos en general de locura ordinaria) es un libro de cuentos de Charles Bukowski que no fue publicado íntegramente en España, simplemente se realizó una publicación parcial que, en arriesgada maniobra de márketing el título se tradujo por "La máquina de follar".... una traducción bastante literal como pueden ver, pero que sin duda produjo sustanciosos réditos al editor de la obra mutilada.

Con semejante título y como no podía ser de otro modo fue un superventas en la España del 78, recién llegada la democracia y en plena eclosión del consumo de todo tipo de productos eróticos y pornográficos que hasta la fecha habían estado sólo al alcance de los pocos españoles que viajaban al extranjero.

Posteriormente en los años 90 se reeditó de nuevo con el mismo título y ya sin mutilar, edición que me compré y leí..... frases cortas y directas, historias de un borracho, «No estaba seguro del todo de que aquello no fuese un montaje gigante del delirium tremens», drogadicto, «Un viaje de LSD te muestra cosas que no abarcan las reglas», que vaga por la ciudad, «Ciento cuarenta pavos menos; enfermo, viejo, imbécil, desgraciado, verrugas en el alma», follándose, «Significa que quiero pagar el precio que usted pone a su hija», y metiéndose lo que pilla, «Olía a asesinato e incesto», y que de vez en cuando hace uso de hospitales benéficos... con algo de críta social: «La mayoría de la gente va del coño a la tumba sin que apenas les roce el horror de la vida»

Un amigo contaba una anécdota sobre la compra de este libro... entró en una pequeña librería de Zaragoza ya desaparecida (no recuerdo su nombre, sólo que estaba en el Paseo de la Independencia), la librería tenía dos pisos unidos con una vieja escalera de caracol de chirriante madera. Nada más entrar, tras comprobar en un rápido vistazo que el resto de clientes estaban distraidos hojeando libros, se dirigió discretamente a la dependienta de la primera planta y en un susurro de voz le indicó que deseaba comprar el susodicho libro, a lo cual la dependienta le contestó -espere, y se dirigió al pasamanos de la escalera desde la que a grito pelado inquirió a su compañera de la planta baja ¡María! ¿Quédan máquinas de follar?... el resto lo dejo a su imaginación

Share/Bookmark

1 comentario

José Blasco Ijazo -

Debía ser la Librería Lepanto, una especializada en temas militares militares.