HABITACIÓN 802

 

Cuando llegamos al hotel praia de barra de salvador de bahía me di cuenta de que había unas chiquitas rondando cerca del hotel sentadas en unos sofás que había en la puerta. Por la madrugada a la vuelta de la farra nocturna las ví durmiendo en los sofás. Llamémoslas Paula y Andreia. ¿Qué harán ahí? Me pareció raro que los guardias las dejaran dormir en la puerta (seguramente les pagaban mordida, o en especie). Intrigado por tanto misterio entré al hotel y compré un refresco con el que me senté disimuladamente en uno de los sofás a tomar la fresca. Una de ellas sólo estaba medio dormida por lo que se dió perfectamente cuenta de que le había dirigido una mirada amistosa, enseguida se desperezó y se vino a sentar a mi lado. Tras las oportunas presentaciones y obvias preguntas sobre origen y motivo de la visita me preguntó descaradamente sobre mi número de habitación insinuando si precisaba compañía, pero lamentablemente tras un viaje transoceánico y una noche de farra uno ya no está para follar, rápidamente buscó otro cliente con el que subir a su habitación (del cliente).

Las vacaciones continuaron por otros derroteros y dejé de verlas por la puerta hasta que un día me las crucé en el ascensor, ahora estamos alojadas aquí, en la 802, me dijeron con mirada maliciosa. ¡Coño! Esto sí es espíritu emprendedor, empiezas de puta en la puerta del hotel y acabas alojada en la suite nupcial. Ni qué decir tiene que acabé aceptando su invitación….

Cuando acabaron las vacaciones y subíamos al bus que nos iba a llevar al aeropuerto allí estaban las dos, sentadas en la terraza de la piscina del hotel mientras despedían con la mano a todos los turistas que subían al bus ¿Se los habrían quilado a todos? Probablemente. Y allá quedaron ellas esperando el siguiente avión de las 19:00 procedencia.......

Estoy seguro que ahora Paula y Andreia ya tienen su propio negocio allá por el Mato Grosso, si todo el mundo fuera igual de emprendedor hoy no estaríamos hablando de la crisis.