HIJAS DE MARÍA

 

Villa María es una casa de citas a la antigua usanza, me recuerda a esas casas de citas del Madrid castizo que describe Camilo José Cela en “La Colmena”. Está situada en un discreto chalet de estilo arquitectónico indefinible y con fácil aparcamiento, al lado de la Ermita (whisquería San Román), en la N-240 (Huesca a Lérida) en el término municipal de Ponzano, cerca de la beata ciudad de Barbastro (ideal para el descanso de los peregrinos a TorreCiudad). La propietaria es una bondadosa anciana viuda que suele tener allí hospedadas a ocho descarriadas de variadas nacionalidades y colores (y de distinto ver, advierto) con las que juega al parchís en la sala de estar. Cuando entras a la casa te dirigen, atravesando la sala de estar, a la sala de recibir (hay dos) y allí a indicación de la María (nenas al salón) suben las pupilas de María para que el cliente efectúe su elección (no confundir con erección) o se pire si no le gusta el surtido ofertado. Todo lo demás lo dejo a su ilustre imaginación.

 

1 comentario

[Gecé - 24 de noviembre de 2008 - 18:21]

Leía este fin de semana un artículo, "Razones y sinrazones de la prostitución" en el que se sintetizaba cierta axiología según la cual: "alquilar tu cerebro para trabajar es nobilísimo, alquilar tus manos (arar, pescar, trabajar en la mina o cargando sacos) es muy noble, por más que sea durísimo, pero alquilar el sexo -sólo otra parte del cuerpo- es abyecto". Discurso tradicional curiosamente adoptado por las feministas de cuota.