AMERICANO, VOTA EN BLANCO

 

Es mucho más fácil mantener políticas públicas ineficientes que desmantelarlas una vez que se ha demostrado su inoperancia. Este es un antiguo principio de la ciencia política que se conoce como la tiranía del statu quo y que explica porqué se mantienen y hasta se amplían instituciones y actividades poco eficientes.

Este principio se cumple porque normalmente los programas benefician a algunos grupos de presión (políticos, económicos, “culturales” [como la SGAE], étnicos, religiosos…) que los defienden en beneficio propio, con independencia de su eficiencia para el conjunto de la sociedad. La única manera válida de sabotear los objetivos de estos grupos de presión sectarios es no votando a sus representantes, porque no olvidemos que estos dos personajes se presentan a las elecciones gracias al apoyo económico de estos grupos de presión a los que posteriormente tendrán que rendir cuentas, en vez de hacerlo a los ciudadanos que son los que teóricamente los han elegido.

Claro ejemplo es el actual rescate bancario a costa del bolsillo del contribuyente. Por un lado nos siguen robado con las hipotecas y otros latrocinios varios y ahora los políticos que teóricamente representan a los ciudadanos salen a su rescate a costa de nuestra sanidad y nuestra educación, dándoles crédito a esos bancos que nos han exprimido hasta la médula y llevan un montón de años forrándose a nuestra costa ¿dónde están ahora esos beneficios?