¿CENSURADO?
Probablemente hayáis leído mi artículo sobre el hipotecario efecto sonajero. Unas horas después de escribirlo me picó la curiosidad de ver como me había posicionado jujel, y comprobé con gran satisfacción que escribiendo “efecto sonajero” salía ni más ni menos que el tercer resultado después de Expansión y ElConfidencial, acojonante. Tuve entradas de varios centros hipotecarios e incluso de la Dirección General del Catastro (aunque este probo funcionario entró buscando LadyBoys). Posteriormente, durante el fin de semana fui cayendo al final de la primera página. Pero ayer por la tarde descubrí indignado que mi magnífico post sobre el efecto sonajero había desaparecido completamente del jujel, no salía por ningún lado, ni siquiera ampliando la búsqueda con la palabra mudéjar, me habían borrado. ¿Sería por la foto? ¿Sería por las palabras malsonantes? ¿Sería por el BHdP? ¿Una mano negra? Esto me recuerda aquel epígrafe de una asignatura llamada Filosofía del Derecho y que se titulaba Del Amor del Censor a la Tiranía del Método, pues bien no hay mayor tiranía que la de las máquinas del jujel que con sus fríos algoritmos machacan metódicamente todo aquello que pueda oler a libertad. Sin embargo, esta mañana descubro un comentario de Gecé a las 00:00 horas en el que me indica que han vuelto a posicionarme en la séptima entrada, busco nuevamente y aliviado me encuentro en la sexta posición. ¿Habrá sido un error? Que no vuelva a ocurrir. ¡Qué Viva México, Cabrones!
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Manolo Calvo -