Luego marché al anfiteatro a ver a Salif keita (el mejor cantante albino de Mali) que hizo un concierto muy bailable (las coristas se movían más que el puto euribor). La verdad es que no me gusta nada como canta, pero lleva unos músicos de puta madre, sobre todo llama la atención un percusionista que toca un instrumento que es una caja de la que sobresale una media circunferencia y que produce un sonido peculiar como podréis observar en el video adjunto.