Tras este largo paréntesis, decir que la exposición Pata Gallo y Caligrama es correcta aunque irregular a mi juicio. La mayor parte del espacio expositivo la ocupan unos cuadros enormes de Abraín, me parece muy bueno el titulado Hombre con conos, el resto, a mi entender sólo ocupan espacio. La parte ocupada por los carteles y cuadros en la línea del arte pop y del cómic me parecen casi todos muy interesantes (los colores siempre me han fascinado) y representativos de la época. Sorprende gratamente por su originalidad la escultura perruna que podéis ver en la foto. Hay salas dedicadas prácticamente por entero a la autocontemplación (fotos enormes de los pintores y del local y reproducción de críticas de los periódicos, que dudo que alguien que haya visitado la exposición se haya detenido a leer, e incluso un ping ball que debía estar en el bar de Caligrama y otras cosas más que realmente sobran) gratuita e injustificada de los pintores y del local de Caligrama, más cuando se trata de un espacio expositivo sufragado con dinero público. Otra parte de la exposición de la que se podía haber prescindido es la dedicada a postales, libros y hasta gafitas de plástico, puro coleccionismo nostálgico y chovinista para enseñar en casa a las visitas, pero que en una exposición de arte sobran. En resumen, una exposición sobreactuada donde podemos admirar una quincena de auténticas obras de arte y todo lo demás…. pata pollo.
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