MAQUIAVELO - EL PRÍNCIPE
El príncipe debe hacerse temer (es mejor ser temido que amado) de modo que si no se granjea el amor, evite el odio. Lo conseguirá si se abstiene de robar la hacienda de sus ciudadanos y de robar sus mujeres. Y cuando le sea indispensable derramar la sangre de alguien, hágalo cuando exista justificación suficiente y causa manifiesta, pero sobre todo absténgase de tomar los bienes ajenos, porque los hombres olvidan más pronto la muerte del padre que la pérdida del patrimonio.
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