LA MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE LA GITANA COJA (FASCÍCULO 18)
Llegué tarde al Hostal Habana, kas estaba intranquilo. Cuando me vio entrar resopló como un búfalo.
- Bueno, bueno ya tenemos aquí al cabrón que ha incomodado al bueno del Obispo. Eres un capullo, te acojo, te doy trabajo y.... ¿cómo me lo pagas?... ¿lo sabes? Pues te lo voy a decir, me lo pagas jodiendo a uno de los mejores clientes.... debería darte un beso, pero aprecio tu profesionalidad y te voy a dar la última oportunidad, y por tu bien espero que la sepas aprovechar. En el Emporio de Mainar tengo un problema contable y quiero que lo liquides tú personalmente. En el despacho tienes un maletín con la herramienta para las auditorías ordinarias. Angelito te acompañará de chófer, si fallas él ya sabe lo que tiene que hacer. Y ahora, vete cagando leches antes de que me cabree de verdad.
Angelito era el portero del Doble Hache, pero su nombre no hacía honor a su cuerpo superlativo. Cuando subimos al coche me dijo las únicas palabras que pronunció en todo el viaje, si alguien se mete contigo tú me lo dices que yo lo cuelgo. La especialidad de Angelito era el cuelgue, levantaba a los clientes conflictivos en vilo en el aire y los estrellaba con la espalda contra la pared, luego los dejaba caer como si fueran un dibujo animado.
Antes de salir abrí el maletín para comprobar que no se habían olvidado de meter mi calculadora, me quedé sin respiración, la auditoría iba a ser un poco drástica, una mágnum del 55 con munición de gran calibre y un alfanje especialmente diseñado para matar por la espalda.
Paramos en los clubs de Caudé y Cella a hacer unos controles rutinarios de la facturación, todo estaba en orden. Aproveché para deshacerme del estrés acumulado tras la charla de kas y de paso cobrar unos anticipos en especie por si Angelito tenía que realizar su trabajo en Mainar.
Después del refrigerio continuamos viaje dirección Mainar, al pasar por Retascón sentí la tentación de entrar a hacer una visita de cortesía a la alcaldesa, pero Angelito me indicó que no seríamos bien recibidos puesto que en las últimas elecciones no habían ganado los nuestros.
Emporio Mainar está formado por tres clubs unidos por una trama subterránea de túneles ideados por su gerente, el marroquí Abdelkader Al-Klítoris (ver foto). La fama precedía a Abdelkader, la policía jamás lo había podido trincar, siempre se escapaba por la salida secreta situada en el altar de la iglesia parroquial (cosas del Obispado).
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Armando -