LOS CAMINOS DEL EXCESO CONDUCEN AL PALACIO DE LA SABIDURÍA (W. BLAKE)
En La Odisea de Homero el astuto Ulises ofrece vino al cíclope que pretende devorarle. Como el cíclope es un primate y un bruto que no tiene pautas culturales (ingesta de drogas en dosis adecuadas) para controlar los peligros del delicioso brebaje: de modo que se emborracha como un bruto, es decir, a destiempo y contra sus propios intereses. El cíclope no tiene más que un ojo; le falta el otro, el que sirve para reflexionar sobre lo que se ve, lo que se quiere y lo que se disfruta. Ulises llega a Itaca animado por el vino que sabe manejar, mientras que el cíclope se pone ciego sin remedio. La civilización no consiste en fomentar la abstinencia, sino en regular los excesos a nuestro favor. Las drogas como el sexo o la gastronomía son un elemento cultural, ni más ni menos. Reconozco que me gusta ser cíclope, pero mi ídolo es Ulises que quede claro. Por cierto, se llama Pryscilla.
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Manolo -