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DIARIO DE GIMNASIO

Torpedo, nuestro corresponsal en Hanoi, me envía vía mail esta crónica, no indica si le ha ocurrido a él o se lo han contado, así que simplemente lo transcribimos debidamente ilustrado con el habitual toque rutero:

Mi mujer me regaló para mi cumpleaños un vale para una semana de gimnasio con un personal trainer. Mi personal trainer, Vanessa, resultó ser una instructora de aeróbic de 26 años, modelo de trajes de baño…

     Lunes :
Empecé mi día a las 6 de la mañana. Fue bastante difícil levantarse, pero todo cambió cuando llegué al gimnasio y vi a VANESSA esperándome. Parecía una diosa griega: alta, rubia, ojos azules, pechos increíbles y una gran sonrisa, con unos labios carnosos espectaculares.

                 

VANESA me mostró los distintos aparatos....

...y me tomó el pulso después de 5 minutos en la bicicleta fija. Se alarmó de que mi pulso estuviera tan acelerado, pero yo lo atribuí a su malla de lycra metida entre sus nalgas…

Disfruté viéndola dar su clase de aeróbic, después de terminar mi inspirador día de ejercicio. VANESA me estaba motivando cuando hacia yo mis flexiones, a pesar de que ya me dolía la barriga de tanto meterla para adentro (la barriga) cada vez que la chica pasaba junto a mí…

Martes :

Un café doble bien cargado y ¡al gimnasio!....

VANESSA me puso a levantar una barra de metal y después se atrevió a ponerle ¡¡¡pesas!!!. 
Mis piernas estaban un poco debilitadas por la cinta, pero logré completar ¡UN KILOMETRO COMPLETOOO!! La aprobadora sonrisa de VANESSA y su guiño cómplice hicieron que todo valiera la pena… ¡Me sentía fantástico!… era una nueva vida para mí.

           Miércoles :
La única forma de lavarme los dientes ha sido poniendo el cepillo sobre el lavabo y moviendo la cabeza a ambos lados encima de él. Creo que tengo una hernia en los pectorales. Conducir no fue tan fácil; sólo al frenar y dar vueltas al volante me dolía hasta el pelo; estacioné encima de una moto… VANESA se impacientó un poco conmigo por considerar que mis aullidos de dolor al levantar las pesas molestaban a los demás socios del club...

La verdad es que su voz resulta un poco aguda a esas horas de la mañana y cuando grita se vuelve nasal y muy molesta. Como no podía correr en la cinta porque me dolían los huevos, VANESSA me puso a hacer steps, de forma que ahora me duele también el culo. Me dijo que me ayudaría a ponerme en forma y a disfrutar de la vida: otra de sus tantas gilipolleces y promesas.

            Jueves:
VANESSA me estaba esperando con sus dientes de vampiro y su sonrisita estilo the Joker....

Llegué media hora tarde: fue el tiempo que tardé en ponerme los zapatos. La muy zorra me puso a trabajar con las argollas pero, cuando se distrajo, salí corriendo a esconderme en el baño. Mandó a otro entrenador a buscarme y, como castigo, me puso a trabajar en la máquina de remar y....

...me hundí....

Viernes :

Odio a la hija de puta de VANESA más que a cualquier otro ser humano que haya odiado en la historia del mundo. Estúpida, anoréxica, anémica, zorra y desgraciada sin cerebro.

Si hubiese una parte de mi cuerpo que pudiese mover sin un dolor desesperante, le rompería todos los huesos, la puta madre que la parió.
Va y me dice que trabajara mis tríceps, ¡SI YO NO TENGO TRICEPS!!!…, y si no quiere que me caiga en el suelo, que no me pase a las putas barras o cualquier otra cosa que pese más que un folio…!
Me desmayé en la bicicleta y me desperté en la camilla de la nutricionista,

una flaca hija de puta que me dio una cátedra de alimentación sana, ¡claro!. La muy cretina no tiene ni puta idea de lo que es morirse realmente de hambre.

Sábado :
La anormal de VANESSA me dejó un mensaje en el contestador con su vocecita repelente preguntándome por qué no fui hoy...

Sólo con escucharla me dieron ganas de cargarme el móvil, pero no tenía la fuerza suficiente ni para levantarlo, incluso ni para levantar el mando de la tele, así que me pasé 11 horas seguidas viendo los documentales de la 2…… putos monitos saltando de rama en rama.

           Domingo :
Hoy he ido a la iglesia para agradecerle a Dios que esta semana haya terminado. Me arrodillé y no pude levantarme. Aproveché para rezar y pedir que el año que viene, mi mujer me regale algo un poco más divertido, como una endodoncia, un cateterismo, un trasplante de próstata o una colonoscopia...


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