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rutamudejar

Pues bien, llegado a la altura del lugar donde había entrado el chino de abrigo azulón no pude menos que mirar a mi diestra. Puerta de cristal. Aspecto pulcro, recién pintado. Letrero con dibujo de mujer estilo Kappa (marca deportiva, quien no conozca su logotipo que lo busque y entenderá lo que digo) sobre fondo blanco y letras alusivas al nombre del lugar: AQUÍ ME QUEDO, sin neón. No lo dudé, para adentro. Otra puerta, ésta de madera.

El olor delata el contenido. ¡Qué sorpresa! ¡Es un puti!. ¿Quién lo hubiera dicho? ¡Con lo formales que parecen los chinos!. Me dirijo a la barra y ordeno una cerveza bien fría, con vaso please, que aquí hay que decirles todo. El local tiene forma rectangular y es bastante amplio, miro alrededor para tratar de localizar al chino, pero no lo veo por ningún lugar. Una de dos, o tenía la cosa muy clara y ha entrado a la habitación echando ostias o mi cerebro ya está tan trastornado que produce alucinaciones. Previendo lo segundo me voy al baño a refrescarme un poco la cabezota.

Mientras micciono pienso en la vida y sus vueltas y recovecos. Antes de entrar me he fijado en el edificio en obras que hay al fondo de la calle que me ha proporcionado una imagen surrealista de la existencia humana. En el contenedor de escombros alguien ha tirado la foto de primera comunión de un niño vestido de almirante, la ha tirado con marco incluido, es una foto en color de tamaño grande y tiene el aspecto de no ser muy antigua, entre diez y quince años como mucho. Es un acto de una crueldad indecible. Si ese muchacho vive todavía, tendrá en la actualidad entre 18 y 23 años, no más. ¿Qué habrá sido de él? La persona que se ha desecho de la fotografía es una persona fría, sin sentimientos, no ha sido un acto pasional ya que siquiera se ha molestado en rasgarla. Lo ha dejado ahí, expuesto al ridículo del abandono. Nadie te quiere. Eres tan insignificante que ni siquiera alguien te odia lo suficiente como para quemar tu foto, que es lo que se debe hacer con los recuerdos, ¡quemarlos, coño!

4 comentarios

Brone -

Buena observacion Gece, yo ni lo intento, no soy capaz.
Ademas, la satisfaccion de liberar el torrente, sobre todo cuando ya no puedes aguantar mas, es una satisfaccion que algunos equiparan casi a un orgasmo.

Gecé -

Supongo que orinarías con el sistema tan sofisticado que describes no sé cuántos artículos por debajo de éste.

Rutero -

Muy interesante, es un ejemplo magnífico de apostasía pública.

Durruti -

Se que era difícil en esos momentos, pero no te a dado por pensar en que la habría podido tirar el mismo después de declarar su apostasía?