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rutamudejar

A veces me planteo si los fantasmas existen. Hace poco me encontré uno en el reloj de fichar del trabajo. Tenemos que quedar un día a tomar un café –me dijo.
Claro que sí, ¡cómo no! (perra histérica –pensé yo).
Te buscaré en el listín y te llamaré para quedar.
Muy bien, ya nos veremos –con mi clásica sonrisa de contigo no quedo aunque seas la única mujer del mundo –las cosas claras.
Esta conversación tiene una fácil explicación, al poco de llegar a Teruel conocí a una chica con la que empecé a quedar, enseguida me empezó a cercar con llamadas constantes…, yo estaba en un momento de renacimiento y me pareció una forma de encauzar de nuevo la vida. Hasta cierto punto tuve un principio de ilusión. Cuando la relación parecía que podía ir hacia algo más comenzaron las histerias, los pulsos, los hoy no me apetece, los no me comprendes… Yo no entendía nada, para mí la vida es muy sencilla.
Un domingo al volver, el semáforo de Calamocha se puso en rojo y tuve que parar, miré a mi derecha y leí en grandes neones “Bahía Club”, entonces me dije a mi mismo ¿por qué no?, y entré.
A veces pienso que ella ha sido la mujer de mi vida, gracias a ella descubrí las putas y comenzó la leyenda.

2 comentarios

Jardiel Poncela -

Toda mujer, al querer ponerte cuernos, te dirá que no la comprendes.
Tú, al intentar evitarlo, demostrarás que la comprendes perfectamente.

Armando -

Toda relación con una mujer es un pulso continuo.
Un pulso que hay que ganar (la victoria de ellas se llama divorcio).
Irse de putas es echar el pulso en un combate amañado.
Pero lo bueno es que siempre ganas.